10 de febrero de 2011

Quiero que me Mires...


Recuerdas? nos conocimos hacia un par de pares de años y uno más atrás, tú recién llegabas, eras nuevo, eras un perfecto desconocido que poco a poco se robaba mi atención al transitar por aquellos lugares por los que solía estar, te saludaba y tú con una cálida sonrisa y voz sugestiva correspondías mis tímidos saludos, con esos ojos que brillaban bajo esas prolongadas y coquetas pestañas que me hipnotizaban, la poca frecuencia que teníamos debido al entorno que nos envolvía, nos imponía a mantener una relación engorrosa e inimaginable…….imposible.



Además de los distintos deberes de cada uno, tu tenías otras responsabilidades mucho más diferentes que las mías, yo salía con un chico, delgado con dotes atléticos, lo cual no era difícil  de enterarse pues en aquel ámbito que nos albergaba toda la semana, las duplas de adolescentes en iniciación sonaban por todos los pasillos y escaleras.

Tú parecías uno más de los nuestros, la relación que mantenías con los no muy contemporáneos tuyos era fantástico, el verte jugar un partido de fútbol y no llevar ese traje formal, te asemejabas a un adolescente más, ya que tu delgada figura te favorecía.

Recuerdo aquel viernes de tarde vestías un polo gris a rayas, pantalón dril y zapatos marrones de amarrar, eras parte del equipo de fútbol junto a tus camaradas, adversario de los míos, correteabas de arco a arco, nosotras espectadoras alentábamos a los nuestros desde la tribuna y yo sólo te miraba, te miraba agitado, sofocado por el partido, cuando llegó la pelota a pocos metros del lado por donde estaba, sonó el pito que indicaba “Tiempo”, tú tomando un gran bocado de aire de sentaste cerca, cogiste una botella de agua y lo llevaste a tus labios resecos y yo , yo sentía … mariposas en el estómago y te observaba tímidamente y tú inconsciente de lo que me estaba pasando.

Y así pasó un par de años, tú dedicado en nosotros (no directamente conmigo), comprometido con tu ocupación, destacando ante todos, ganándote mi admiración, y yo viéndote inalcanzable, te tuve frente mío un par de veces exponiendo tus experiencias y conocimientos de una manera digerible, nuestra comunicación tomaba un sentido amigable y confiable, me elogiaste por un logro que tuve de una manera “rara” porque me asustaste cuando dijiste “la anterior era finta” y sonreíste. Nos encomendaste un tajo, ya eran vísperas navideñas y yo consecuente la desarrollé. Un viernes, el día final de todo el periodo de ese año, encerrados entre 4 paredes y una puerta abierta de lunas, nos encontrábamos sentados ordenadamente dándole los retoques finales, cuando terminé, me levanté, cruce la puerta y ya era noche, me dirigí al baño, tú estabas al lado compartiendo una chocolatada, bajé y subí escaleras y cuando iba avanzando vi tu figura solitaria asomada en el balcón, miré la noche cargada de estrellas, me acerqué, me ruborice, me posé a tu lado izquierdo y te hablé, te dije que ya había terminado y tú me dijiste esperemos a los demás, estábamos cerca a la puerta, la cual estaba media junta, y la bulla del lado invadía ese escenario improvisado, fue ahí donde hablamos con mucha fluidez, como nunca, era la primera vez que conversábamos de esa manera y después me di cuenta que también era la última.

Ahora después de media década…¡Quiero que me Mires!, no a aquella que vestía aquel hábito, aquella que de vez en cuando curioseaba experimentar esas cosas de adolescentes, aquella que se mantenía al margen reprimiendo un cúmulo de sensaciones, aquella que sólo te miraba como debía, aquella que tú secretamente deseabas en silencio…..

Quiero que me Mires…, porque a pesar del tiempo y esta distancia temporal, has tocado en lo más profundo del núcleo de mi corazón, y mis sentidos…
Quiero que me Mires…porque puedo leerte al mirarte a los ojos.
 Quiero que me Mires… porque puedo ser 3 en 1.
Quiero que me Mires…porque ya no somos los mismos de hace 5 años.
Quiero que me Mires…a Mí.

…..y ahora está lloviendo, tú estás durmiendo y yo escribiendo…y solo Quiero que me Mires, atravesando mi piel.

1 sensaciones...:

Anónimo dijo...

Si no quiere mirarte es quizás porque no sabe hacerlo... sigue escribiendo.

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