6 de septiembre de 2011

El día que te vi....


La hora acordada, 7 pm ya han pasado 5 años estoy ansiosa y nerviosa, me siento como una bomba a punto de estallar…trato de contener todos esos sentimientos, emociones e intenciones…aún falta 1 hora y media para que llegue el momento y aún estoy en trance envuelta en las toallas, recién había podido escapar del envolvente agua fría que desbordaba la ducha en este verano infernal.

Un par de meses atrás nos volvimos a contactar de una manera extraña y especial, yo di el primer paso, era una tarde de un jueves en el que sólo te dije “Hola?” con la sospecha de que no me recordarías y simplemente hicieras caso omiso a mi dudoso saludo, y así fue … no dijiste NADA y ya no insistí.


Pasaron las semanas y estabas ahí como siempre y fue otra tarde en la que volví a repetir mi dudoso saludo, con el temor de que se repita la situación anterior, pasaron 10 minutos y cuando estaba invocando a la resignación, me devolviste el saludo, y dijiste muchas otras cosas más,  de las que yo esperaba oír…abriendo así una puerta a la que yo no me atreví a abrir hace 5 años, pero que siempre estuvo ahí, esperándote porque sólo tú tenías la llave y así fueron pasando los días donde los saludos ya no iban acompañados de temor sino de necesidad, llegaron las conversaciones interminables, las charlas a escondidas, los comentarios entretenidos, los gustos comunes, la música, los correos, los minutos del día para pensar en ti cuando estabas ausente, que pasaron a convertirse en horas, llegaron las cenas inventadas, llegaron las llamadas (la primera vez que volví a escuchar tu voz, del otro lado, era justo como me lo imaginé, tus cuerdas vocales emitían una voz atractiva, sensual y seductora al mismo tiempo), llegaron los sueños…nos estábamos volviendo a conocer, pero no como antes ahora era con un paso más adelante…sin temores, sin límites, sin prejuicios…

Recordando todo eso ya tenía la ropa puesta de manera inconsciente, me puse la ropa que acostumbro a ponerme a pesar de ser un encuentro especial, quise que me vieras tal como soy sin importar los harapos…quise ser transparente.

Era las 7 y ya estaba en el lugar acordado y perdida, hasta que recibí tu llamada y ubicamos un nuevo punto, sólo faltaban 5 minutos, caminé respirando despacio, para que los nervios no me jueguen una mala pasada, escuché tu voz llamándome por mi nombre, volteé en menos de un segundo y cuando terminaba de parpadear, tus labios rozaron mi mejilla derecha y mis brazos ya estaban aferrados a tu espalda, al igual que los tuyos, y nuestros latidos empezaron a acelerarse; caminamos a una cafetería mientras todas nuestras reacciones empezaron  a equilibrarse, pedimos el mismo aperitivo, y mientras degustábamos nuestra copa de helados, conversábamos pero ahora era diferente, porque era más dificultoso decir algunas cosas que escribirlas, ahora estábamos uno al lado del otro y podía sentir el calor de tu cuerpo.

Él me cuenta en resumen lo sucedido a lo largo de todo ese tiempo necesario, yo hago lo mismo; yo escucho, lo miro, siento sus nervios, veo sus manos ansiosas, su expresivo rostro, sus hipnotizantes ojos, sus labios solitarios…mientras él se ruboriza y esquiva mis ojos, y se come otra copa de helados.

El tiempo se fue volando, ya llegaba la hora de la despedida, acordamos otra cita y salimos a mezclarnos al tráfico limeño, te hice una petición, me miraste inseguro, te hice una promesa la cual aún trato de cumplir, y te cogí del brazo y fue ahí cuando me di cuenta que no te deseaba como amigo, sino como hombre, nos despedimos con un beso apresurado en la otra mejilla.

Al llegar a casa  todos miraban mi entusiasmo sin entender el porqué, y tampoco ninguno se atrevió a preguntar, me recosté en la cama y la vida como la conocía ya había cambiado....

1 sensaciones...:

Anónimo dijo...

exelente... tani,,,, son exelentes... el sabe de esto??? jijijij saludos...

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